El gas natural vehicular, un combustible alternativo para la flota terrestre aeroportuaria
La viabilidad de la utilización del GNC (Gas Natural Comprimido) como combustible para la flota terrestre de vehículos de los aeropuertos, ha sido el principal objetivo del estudio realizado en los aeropuertos de Madrid y Barcelona por el Institut Cerdà.
En dichos aeropuertos se han identificado los agentes que operan con vehículos terrestres y las posibilidades de gasificación de la flota, así como el mercado potencial para el GNC analizando la viabilidad técnica de su uso, y el cálculo de los beneficios ambientales y económicos para los operadores. Este análisis se ha llevado a cabo teniendo en cuenta el posicionamiento actual del GNC y otros combustibles alternativos, y las principales barreras para su acceso.
En los aeropuertos, los usuarios potenciales de GNC son los Agentes de Handling, que poseen la principal flota terrestre que circula por el lado aire del aeropuerto. El mercado de proveedores de este tipo de vehículos ya está consolidado y concretamente en Estados Unidos su uso está muy extendido. Resaltar que AENA es cada vez más restrictiva en lo referente al tema de reducción de emisiones atmosféricas, exigiendo compromisos ambientales a los agentes de handling en los pliegos de condiciones para la licitación de las correspondientes concesiones.
El gas natural comprimido se caracteriza por su eficiencia (energía contenida en un kg de gas natural comprimido equivale a 2 litros de GLP, 1,5 litros de gasolina y 1,3 de diésel), su sostenibilidad (reducción de emisiones de CO2 y los óxidos de nitrógeno NOx), la flexibilidad logística (cadena logística flexible y eficiente) y la seguridad de producto y de suministro (el GNC es más ligero que el aire y en caso de fuga se dispersa muy rápidamente).
Así pues, en el ámbito medioambiental, el uso de GNC presenta numerosas ventajas en la reducción de emisiones respecto los combustibles tradicionales: el ruido y las vibraciones disminuyen, igual que las emisiones de CO (40%), de CO2 (30%), de PM (98%) y de NOx/ NO2 (70%).
Este trabajo se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de Enagás y Gas Natural Fenosa con el Institut Cerdà que desde hace más de cuatro años estudia la viabilidad de la utilización de gas natural como combustible para los distintos modos de transporte.